19.12.08

LOS TRAZOS DEL DESTINO
Desde Goya, al menos,cada pintor español ha intentado plasmar su propia tauromaquia, es decir,su visión particular del mundo platónico recojido desde arriba que está en el fondo de las almas del sur,el mundo tambien de Esquilo,de Federico Garcia Lorca. Del nordico Joyce tal vez seguro de Francis Bacon.
Los gestos, los colores, los trazos del viejo drama interpretado por nuestros pintores desde hace siglosestan, sinembargo, en el interior de la pintura de Juan Casado con los mismos tonos adquiridos por el envejecimiento en los óleos de Zuloaga o Solana.
Juan Casado instala la corrida en el viejo tinglado de la antigua farsa por el que el tiempo pasa para dejar lentamente, tarde a tarde, la piel de larva de sus segundos.
Llevando sus pinceles a la espalda todo eso acervo, los toreros de Juan Casado no se defienden de un toro concreto llegando hasta ellos por casualidad; luchan en un drama solitario contra el viento, contra la arena, contra la distancia, contra el movimiento de su propia muñeca y la ciática instintiva de su pierna, contra la gente que con su primitiva crueldad ha venido a aclamarlo o a vituperarlo. A cobrarse en la libertad del instinto el dinero de la entrada.
Antonio Zoido